Es hora de parar esta guerra absurda.
Ucrania no puede ser conquistada ciudad por ciudad, calle por calle, casa por casa.
Esta guerra es imposible de ganar.
Lo anterior fue comentado el pasado martes por el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
“Esta guerra”, continuó Guterres, “va rumbo a ninguna parte, rápido”.
No es recomendable dejar a un lado el derecho internacional, y menos ahora. No nos conviene olvidar a la sociedad global lo ocurrido durante las dos guerras mundiales del siglo pasado. Si no lo olvidamos, sabremos valorar la presencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
No debemos dedicar solo una expresión de sorpresa, lástima y resignación cuando observamos imágenes de lo que ocurre en Ucrania en estos momentos.
Valoro mucho el trabajo que está desarrollando el embajador de México ante la ONU, el doctor Juan Ramón de la Fuente. Junto a Francia, México trabajó una resolución que ayer fue votada en la Asamblea de Naciones Unidas.
Con 140 votos a favor, 5 en contra y 38 abstenciones, el mensaje de una gran mayoría de países del mundo fue claro: las “consecuencias humanitarias de la agresión contra Ucrania” deben ya ser evaluadas y tomadas en cuenta.
La primera línea de la resolución es tan realista como contundente: “Reafirmando su determinación de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra”.
Su tercer elemento no es menos importante: “Recordando la obligación que incumbe a todos los Estados, con arreglo al artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas, de abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial (…)”
La resolución reitera lo que el doctor De la Fuente mencionó unas horas después de que iniciara la invasión a Ucrania el pasado 24 de febrero: “Condenando enérgicamente cualquier ataque dirigido específicamente contra los civiles en cuanto tales (…)”
Francia y México optaron por no llevar la resolución al Consejo de Seguridad por el inminente veto ruso, lo hicieron ante la Asamblea General, donde si bien es cierto que el resultado de la votación no es vinculante como lo sería en el Consejo de Seguridad, tiene un poderoso mensaje que emana de Naciones Unidas: generar conciencia internacional sobre la deshumanización que eligió el presidente de Rusia en territorio ucraniano.
Esto no podrá ni deberá ser olvidado en el futuro.
Por lo anterior, es importante reconocer al embajador De la Fuente su enorme esfuerzo por defender el derecho internacional desde Naciones Unidas.
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