Una historia de terror fue lo que vivió en carne propia Blanche Monnier, la joven que permaneció secuestrada 25 años por su propia familia; el insólito caso es recordado al día de hoy.
En 1901 Francia se horrorizó con el insólito caso de Blanche Monnier, una joven de clase alta que fue encerrada, durante 25 años, en una habitación completamente oscura y además ocasionalmente era abusada por sus propios familiares. La prensa, de aquella época la llamó a mademoiselle Monnier, la “verdadera” Rapunzel.
Incluso, existe una novela escrita por el Premio Nobel de Literatura André Gide, ‘La secuestrada de Poitiers’ (1930), que está basado por completo en esta verdadera historia de terror. La historia de Rapunzel es aterradora, pero la realidad SIEMPRE, supera la ficción.
Blanche Monnier nació en el seno de una familia acomodada y respetada entre la clase alta francesa. Durante su juventud tuvo pocos pretendientes, a pesar de ser muy bella, pues su madre tenía una actitud sobreprotectora con ella. A la edad 27 años, Blanche aún no tenía un “prospecto” y era considerada como una “solterona”.
Sin embargo, al poco tiempo conoció a un abogado, que nunca fue del agrado de su madre, por ser protestante y a quien consideraba un “fracasado”. La joven intentó persuadir a su madre, pero esta insistencia le valió el peor castigo: ser encerrada en una habitación vacía y pequeña de la casa por los siguientes 25 años.
Al principio la familia dijo que Blanche estaba en un internado en el Reino Unido, con el paso de los años dijeron que la joven se había mudado a Escocia. Todos creyeron en ambas versiones y nunca nadie se cuestionó nada. Al paso de 25 años, el padre de Blanche muere, su único amor también.
Con 52 años la mujer está tan débil que no puede ponerse de pie, la piel la tiene pegada a los huesos y su cabello es tan largo que rebasa sus tobillos. Blanche ha perdido la cordura y cuando su madre la alimenta con las sobras de la comida, ella ya no se rehúsa, ni protesta.
El triste final de Blanche Monnier
La servidumbre es cómplice de la viuda de Monnier, pero la indiscreción de algunos empieza a levantar sospechas. Alguien sabe toda la verdad y en un acto de humanidad decide enviar una denuncia anónima al señor fiscal. Carta que finalmente le pondría fin a esta historia de terror.
La carta anónima estaba dirigida al Fiscal General de París y decía: “Tengo el honor de informarle de un suceso excepcionalmente grave. Hablo de una solterona que está encerrada en la casa de Madame Monnier, medio muerta de hambre y que ha vivido en una cama podrida durante los últimos veinticinco años”.
Era el 23 de mayo de 1901. A partir de ese mensaje, la investigación policial reveló la horrible historia de Blanche Monnier (1849-1913), cuando los policías rescataron a Blanche, ella pesaba apenas 23 kilos. El caso quedó grabado en la historia criminal francesa como “la Séquestrée de Poitiers” (“La secuestrada de Poitiers”).
Avergonzada por el crimen, la madre de Blanche, Louise, murió de un infarto a las dos semanas de ser detenida. No se la llegó a juzgar. Blanche Monnier que ya tenía 52 años, pasó a un hospital psiquiátrico, ya que la soledad y el aislamiento le habían causado graves problemas mentales. Falleció en 1913.
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