La cooperación internacional es clave para dar solución a los retos que enfrenta México como la migración y la seguridad, sin embargo en el gobierno presidido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, esa colaboración se ha visto disminuida y la institución encargada de esa tarea, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), no solo ha perdido recursos, también pasó de ser una instancia coordinadora a una ejecutora de programas, coincidieron expertos en relaciones exteriores.
Durante el Encuentro Expansión denominado “La cooperación internacional como instrumento para el desarrollo”, Gabriela Sánchez Gutiérrez, directora general del Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora” y Nadia Navarro Acevedo, secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, coincidieron que por la pandemia de covid-19 el multilateralismo resultó severamente afectado, por lo que más que nunca se requiere trabajar en el impulso de la cooperación internacional.
Desde su llegada a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador anunció que su mejor política exterior sería la política interior. Por lo que no fijó como una prioridad el fomento a las relaciones exteriores y de paso, relegó lo que establece el artículo 89 de la Constitución: “la cooperación internacional para el desarrollo”.
“AMEXCID pasó de ser una instancia coordinadora de la cooperación a ser una instancia ejecutora, un cambio muy importante que ha dejado al descubierto una situación de ausencia de una política clara de cooperación internacional en México”, advirtió Sánchez Gutiérrez.La directora general del “Instituto Mora”, explica que la cooperación internacional no necesariamente implica la entrega o recepción de dinero, sino incluye el intercambio de experiencias entre países y lamentó que la institución encargada de coordinar los diferentes esfuerzos de cooperación, se haya convirtió en una ejecutora de programas como Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro, agencia a la que consideró también le falta transparencia y comunicación del trabajo que está ejecutado.
“El cambio ahora tiene que ver con que la agencia que coordinaba todas las acciones de pronto la colocan como ejecutor y entonces tenemos a la AMEXCID metida en el terreno en Centroamérica haciendo el padrón de las personas que van a ser receptoras de Sembrando Vida o de Jóvenes Construyendo el Futuro”, comenta.
Para Sánchez Gutiérrez un reto es que se tenga una agenda activa en donde se puedan implementar acciones, proyectos, iniciativas con cooperación internacional.
“Hay un reto que tiene que ver con podernos hacer cargo de una concepción nueva de cooperación internacional que trascienda el asunto de la ayuda y visibilizar las acciones enormes que se tienen con varia agencias como la JICA”.
Con ella coincidió la senadora Nadia Navarro, quien dijo que en esta administración, se hizo de la política de cooperación una decisión de gobierno, cuando es una obligación de Estado.
La senadora del PAN también lamentó que se hayan desaparecido el Fondo Nacional de Cooperación Internacional para el Desarrollo (FONCID), que era el fideicomiso a través del cual se recibían y se ejercían los fondos y que la Agencia tenga tan pocos recursos asignados.
En 2011 se aprobó la Ley de Cooperación Internacional para el Desarrollo, la cual establece la “arquitectura institucional” para la cooperación internacional, cuyo pilar es la AMEXCID. Sin embargo, en esta administración, los recursos para esa instancia han disminuido.
En el último año del gobierno de Enrique Peña Nieto, esa instancia tuvo 333 millones, 749,661 pesos como presupuesto, sin embargo, los recursos aprobados han ido en descenso. Para 2022 cuenta con 90 millones 9,108 pesos (una disminución del 74% en cuatro años).
“La cooperación internacional no debe depender de la voluntad de una administración, por eso está consagrado en la Constitución. Está diseñada para crecer, para ser una práctica de Estado de manera obligada”.
Navarro indicó que este giro en la cooperación internacional es solo un efecto del cambio en la política exterior que se dio en esta administración, en la que se toman decisiones con base en ideologias.
“No existe hoy un reconocimiento al talento técnico o a la idoneidad para ocupar cargos, lamentablemente hemos visto representantes que vienen de ser gobernadores y que entran en una situación tan vergonzosa como son intercambio de dádivas por favores, eso es lamentable”, dijo.
En la actual administración a algunos exgobernadores del PRI han sido propuestos como embajadores y cónsules. Como es el caso de Quirino Ordaz que hoy ocupa la representación de México en España, Claudia Pavlovich el consulado de Bárcelona y Miguel Aysa la embajada de República Dominicana.
Como titular del Poder Ejecutivo, el presidente Andrés Manuel López Obrador debe conducir la política exterior bajo estos principios: “la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales”.
Este artículo es frecuentemente citado por el presidente de la República cuando evita comentar sobre la situación de un país, sin embargo, sobre la cooperación internacional para el desarrollo poco se ha mencionado.
La cooperación no ayudar al pobre
El gobierno del presidente López Obrador también ha criticado el papel de algunas agencias como Agencia de los Estados Unidos de América para el Desarrollo Internacional (USAID), a la que acusa de financiar a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que en su opinión es un grupo opositor a su gobierno.
Sin embargo, agencias internacionales tienen ejemplos de una eficaz cooperación, lo que es clave para el desarrollo de cualquier nación. Hajime Tsuboi, director General de la Oficina de Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) en México, explicó que ese país asiático tiene claro que la cooperación no es “ayudar” al pobre, sino colaborar, lo que implica un intercambio de experiencias.
“La cooperación no es ayuda, la cooperación es colaboración. Es una visión de trabajar juntos”.
Entre Japón y México existe una relación de cooperación internacional desde 1974. Actualmente con ese organismo ejecutor de la Cooperación Técnica del Gobierno del Japón, México intercambia experiencias en materia de protección civil, salud, educación, monitoreo de aire, así como en desastres naturales.
“No solo transmitimos nuestra experiencia, nosotros queremos aprender por la experiencia de cooperación que vamos a desarrollar en México para Japón. Queremos aprender de los investigadores porque los expertos mexicanos y académicos son muy calificados”, afirmó.
Si bien el beneficio es mutuo, éste puede ser aún mayor debido a que desde México, a través de la cooperación internacional, se puede transmitir ese conocimiento a otros países de Latinoamérica.
Si a nivel federal no se logra establecer una política de cooperación internacional, los expertos consideran que desde los gobiernos locales es posible hacerlo.
“Los gobiernos municipales y estatales son fundamentales, son pieza clave porque están allí donde la ciudadanía está y el desarrollo sucede en los territorios, no sucede acá en la nube, sucede en los territorios pues hay un trabajo muy importante de formación”, comentó Gabriela Sánchez Gutiérrez.
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