Una enmienda constitucional coloca a la Guardia Nacional bajo el control de generales por primera vez.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador —o AMLO, como se le conoce— recibió un impulso antes de las elecciones estatales del próximo año después de anunciar un plan para darle más poder al ejército de México, fracturando una ya débil coalición de oposición.
La semana pasada se aprobó una enmienda constitucional que autoriza a la Secretaría de Defensa a supervisar la seguridad pública de México hasta 2028 después de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), uno de los tres socios de la oposición, abandonó su oposición y respaldó el plan de López Obrador.
Alejandro Moreno, el líder del PRI, enfrentaba acusaciones de corrupción y los críticos afirman que su cambio de actitud tenía como objetivo protegerlo de un enjuiciamiento, lo cual él niega.
“Totalmente predecible”, dijo Fernando Dworak, analista político mexicano. “La clase política tradicional tiene esqueletos en el armario y es vulnerable al escándalo”.
El PRI votó con el partido gobernante Morena y sus aliados para superar el umbral de dos tercios necesario para modificar la constitución de México. La cámara baja del Congreso aprobó la enmienda el miércoles por la noche y ahora pasa al Senado.
En respuesta, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), socios del PRI en la coalición Va por México, suspendieron la alianza. La oposición ahora está desorganizada antes de las elecciones estatales del próximo año en dos bastiones del PRI desde hace mucho tiempo: Coahuila, en el norte de México, y el estado de México, que rodea a la Ciudad de México por tres lados, y las elecciones presidenciales de 2024.
“Al abandonar la alianza, se condenan a la derrota”, dijo Aldo Muñoz, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Los partidos PAN y PRD emitieron una declaración conjunta la semana pasada acusando al PRI de entrar en conflicto con la plataforma de la alianza.
Moreno, conocido como Alito, les dijo a los periodistas en el Congreso después de la votación: “La coalición Va por México es sólida. Pero es importante dejar de lado cualquier posición política en particular”.
os críticos han acusado a Moreno de cambiar su posición sobre la enmienda de militarización para protegerse de acusaciones de corrupción, que incluyen apropiación indebida de dinero público y posesión de lujosas propiedades, dirigidas contra él por los aliados del presidente. Moreno ha negado haber actuado mal y dice que las afirmaciones tienen motivaciones políticas.
Funcionarios de inmigración mexicanos dijeron que sometieron a Moreno a una revisión adicional a su regreso al país en julio, un acto que el presidente del PRI llamó “persecución política”.
La diputada del partido Morena, Inés Parra Juárez, votó la semana pasada en contra de la reforma constitucional, calificándola de “militarización a cambio de la impunidad de Alito”.
El PRI votó previamente en contra de la propuesta de López Obrador de colocar a la Guardia Nacional bajo mando militar; la constitución exige que tenga un liderazgo civil. Moreno tuiteó el 3 de septiembre: “Mi voto es EN CONTRA de la militarización de la #GuardiaNacional”.
Días después, Moreno presentó una propuesta para ampliar el control militar sobre la seguridad pública, que contó con el apoyo de López Obrador.
Layda Sansores, la gobernadora del partido Morena en el estado de Campeche, donde la oficina del fiscal había realizado un allanamiento de la casa de Moreno, anunció repentinamente que dejaría de transmitir conversaciones grabadas subrepticiamente de Moreno supuestamente amenazando a periodistas y extorsionando a los proveedores de la campaña del PRI. Moreno fue gobernador de Campeche entre 2015 y 2019.
“Fue una extorsión pública”, dijo Ilán Semo, profesor de historia de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México.
López Obrador asumió el cargo con una plataforma anticorrupción. Pero los analistas dicen que el presidente ha preferido usar el tema como un garrote en contra de sus opositores en lugar de construir instituciones para eliminar la corrupción.
Va por México ha producido resultados mediocres desde que se formó en 2020. Impidió que Morena y sus aliados obtuvieran una mayoría calificada en el Congreso en las elecciones intermedias de 2021 y obtuvo grandes victorias en partes de la Ciudad de México previamente dominadas por López Obrador. Pero Morena y sus aliados han ganado 16 de 21 contiendas para gobernador.
Algunos analistas sospechan que la ruptura de la alianza puede ayudar al PAN y al PRD, ya que el PRI —que gobernó durante 71 años consecutivos hasta el 2000 y fue expulsado del poder nuevamente en 2018 después de una serie de escándalos de corrupción— sigue generando desconfianza entre los votantes.
“AMLO representa un cambio para la mayoría de la gente”, dijo Carlos Bravo Regidor, analista político en la Ciudad de México. “Pero ahora está aliado con el PRI que representa el mayor descrédito en la política mexicana”.
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