Tuvimos que disculparnos por llegar tarde. El tráfico estaba horrible, le explicamos.
Fue solo después de casi una hora de arrastrarnos a través del tráfico casi parado en una carretera de Tijuana, México, que vimos el choque que causó el rugido de la hora pico.
Dos vehículos, una camioneta y un viejo sedán de cuatro puertas se amontonaron en una concurrida intersección. Toda la ventana del lado del pasajero del camión estaba visiblemente volada.
“¿Ese?” dijo Jesús Aguilar, un periodista de Tijuana que cubre el crimen a quien llegamos tarde a conocer. “Sí, esa es como la quinta escena del crimen hoy. Será una noche ocupada”.
El conductor del camión recibió un disparo a través de la ventana del lado del pasajero en la intersección y, como resultado, se estrelló contra el sedán.
Tropezar con la escena de un crimen no es raro en Tijuana. En un país plagado de homicidios, la ciudad se destaca. Se han registrado más de 800 homicidios en lo que va del año, según funcionarios de la ciudad, y eso solo contando los asesinatos documentados. Los expertos dicen que el número real de homicidios es mayor.
El estado de Baja California, donde se encuentra Tijuana, también es notorio por las desapariciones. Si el pasado es una indicación, muchas de esas personas nunca serán encontradas, y probablemente estén muertas.
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