Arman Abdolali, de 25 años, fue ejecutado este miércoles por el asesinato de su novia, cuyo cadáver nunca se encontró, pese a las protestas de distintas organizaciones de derechos humanos.
Las condenas internacionales se multiplicaban este miércoles tras la ejecución en Irán de un hombre condenado por un asesinato que cometió siendo menor de edad.
Arman Abdolali, de 25 años, fue ejecutado este miércoles por el asesinato de su novia (cuyo cadáver nunca se encontró), pese a las protestas internacionales que, anteriormente, dieron lugar a aplazamientos de la aplicación de esta sentencia que había sido dictada en 2015.
La Unión Europea (UE) condenó, por su parte, “con la mayor firmeza” esta ejecución. “Las sentencias a la pena de muerte por delitos cometidos por menores de 18 años violan las obligaciones internacionales, de acuerdo al Pacto internacional de derechos civiles y políticos y la Convención sobre los derechos del niño, a la que Irán adhirió”, subrayó el portavoz del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Un vocero de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), en Ginebra, declaró: “Es profundamente impactante que su ahorcamiento se concretase pese a la intervención de varias partes”, incluyendo contactos directos entre la ONU e Irán.
Asimismo, varias oenegés, como Iran Human Rights (IHR) y Amnistía Internacional (AI), entre otras, condenaron esta ejecución. La primera afirmó que la confesión de asesinato de Abdolali, de la cual luego se retractó, fue arrancada mediante torturas.
La ejecución de Arman Abdolali se llevó a cabo pese a los llamamientos de organizaciones de defensa de derechos humanos como Amnistía Internacional para suspenderla.
La pena máxima se aplicó en la prisión de Rajai Shahr, cerca de Teherán, en virtud de la “qesas”, la ley del talión o del ojo por ojo, pedida por la familia de la víctima, anunció Mizan Online, la página en internet de la autoridad judicial iraní.
Amnistía Internacional había hecho un llamamiento el 11 de octubre para que Irán detuviera la ejecución de este joven de 25 años que fue detenido en 2014 y posteriormente declarado culpable de asesinar a su novia.
El grupo de derechos humanos con sede en Londres dijo que había sido condenado a muerte dos veces, pero que la ejecución se detuvo en ambas ocasiones tras una protesta internacional.
La organización dijo que Abdolali había sido condenado a muerte por primera vez en diciembre de 2015 tras un “juicio manifiestamente injusto” celebrado por un tribunal que “se basó en “confesiones” contaminadas por la tortura” tras la desaparición de su novia el año anterior.
Según la organización, Abdolali volvió a ser condenado a muerte en 2020 en un nuevo juicio, ya que el tribunal dictaminó que el adolescente era responsable de los hechos ante la falta de pruebas que demostraran lo contrario, informó Amnistía.
Los expertos en derechos humanos de la ONU también habían hecho un llamamiento a Irán para que detenga la ejecución.
“El derecho internacional de los derechos humanos prohíbe inequívocamente la imposición de la pena de muerte a cualquier persona menor de 18 años”, dijo la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra.
En 2020 hubo 246 ejecuciones en Irán, según Amnistía Internacional.
Irán se ha enfrentado a menudo a las críticas internacionales por ejecutar a personas condenadas por delitos cometidos cuando eran menores de edad, en violación de la Convención sobre los Derechos del Niño que ha sido ratificada por la república islámica.
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