“No queremos ver a mamá el Día de Acción de Gracias y enterrarla en Navidad”, mencionan.
Washington.- Desde California hasta Pensilvania, gobernadores y alcaldes de todo Estados Unidos están endureciendo las restricciones por COVID-19 en medio de un rebrote que es casi un hecho que empeorará debido a los viajes vacacionales y las reuniones familiares con motivo del Día de Acción de Gracias.
Las autoridades están cerrando negocios o limitando el horario de operaciones, y le ordenan o imploran a la población permanecer en casa y mantener un distanciamiento social para ayudar a detener una oleada de contagios que amenaza con rebasar al sistema de atención médica del país.
“Debo jalar las riendas de nuevo”, dijo el lunes el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, al reducir de 25 a 10 el máximo de personas permitidas en reuniones en interiores. “No me causa alegría”.
En California, el gobernador Gavin Newsom anunció que activará los “frenos de emergencia” a los planes para reanudar las actividades económicas debido a que el estado está registrando su mayor crecimiento de casos a la fecha, el cual, si no se atiende, tendrá “resultados catastróficos”. La medida significa el cierre de muchos negocios no esenciales en interiores y requiere el uso de mascarillas fuera de casa, con excepciones limitadas.
Una cifra récord de aproximadamente 70 mil personas estaban hospitalizadas por coronavirus en Estados Unidos el domingo, 13 mil más que una semana antes, de acuerdo con The COVID Tracking Project (Proyecto de Seguimiento de COVID).
Los fallecimientos en Estados Unidos están registrándose a un promedio superior a los 1,100 diarios, un incremento de más de 50% en comparación con principios de octubre.
Hay casi 250 mil decesos y más de 11 millones de contagios
Líderes de todo el país tenían el Día de Acción de Gracias en cuenta al momento de promulgar restricciones más estrictas en medio de temores de que la festividad se traduzca en un aumento de infecciones.
“En verdad no queremos ver a mamá el Día de Acción de Gracias y enterrarla en Navidad”, dijo el doctor Mark Horne, presidente de la Asociación Médica del Estado de Mississippi, después de que el gobernador extendió la orden de uso de mascarillas a más condados el lunes. “Eso va a suceder. Le dirán ‘Hola’ el Día de Acción de Gracias, ‘fue un placer verte’ y después la van a tener que visitar o tendrán una videollamada en la unidad de terapia intensiva o planearán un pequeño funeral antes de Navidad”.
En Nuevo México, la orden de la gobernadora Michelle Lujan Grisham de confinarse en casa entró en vigor el lunes. Sólo negocios considerados esenciales, como tiendas de abarrotes y farmacias, estarán abiertos.
El gobernador de Washington, el demócrata Jay Inslee, ordenó el cierre de gimnasios, boliches, salas de cine, museos y zoológicos. Las tiendas deberán limitar su capacidad a 25%.
Las personas que no compartan vivienda tendrán prohibido reunirse en el estado de Washington, a menos que hayan estado en cuarentena. No existe un mecanismo para vigilar el cumplimiento de la medida. Inslee indicó que espera que las personas la cumplan.
La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, hizo un llamado a los habitantes de la tercera ciudad más grande del país a limitar sus reuniones a un máximo de 10 personas a partir del lunes. En sus instrucciones, que no son obligatorias, instó a los residentes a permanecer en casa salvo para actividades esenciales, como ir a trabajar o a comprar comida.
Filadelfia prohibió el servicio de restaurantes en interiores y las reuniones en interiores de cualquier tamaño, públicas o privadas, entre personas que no vivan bajo el mismo techo, a partir del viernes.
En Michigan, la gobernadora demócrata Gretchen Whitmer advirtió que, de ser necesario, cuenta con la autoridad para emitir una segunda orden de confinamiento para contener la propagación del coronavirus, y que el asesor científico del presidente Donald Trump, Scott Atlas, fue “increíblemente imprudente” al llamar a la población a “levantarse” contra las más recientes restricciones en el estado.
Durante el fin de semana, Whitmer anunció la suspensión de clases presenciales en secundarias y universidades, canceló el servicio de restaurante en interiores y ordenó el cierre de centros de entretenimiento durante tres semanas. Los tamaños de las reuniones también se restringirán.
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