En el 2022, el rendimiento de los estudiantes en México cayó 14 puntos en matemáticas, 9 puntos en ciencias y 5 puntos en comprensión lectora en comparación la medición previa del 2018. En México menos del 1% de los estudiantes fueron sobresalientes en estas áreas de estudio.
De 2018 a 2022, los estudiantes en México redujeron significativamente sus competencias y rendimiento en matemáticas, ciencias y lectura. Es posible que la pandemia y los cambios en los sistemas educativos impactaran negativamente en el desempeño de los alumnos; pero la tendencia a la baja se observó incluso antes de la Covid-19.
De acuerdo con los resultados de la prueba PISA (Programa Internacional para el Seguimiento de los Alumnos), México —junto con Colombia— registró los peores puntajes del grupo de países OCDE.
En matemáticas los estudiantes mexicanos obtuvieron un puntaje promedio de 395 puntos, lo que reflejó una caída de 14 puntos respecto del registro previo (en 2018 se obtuvo una media de 409 puntos). La caída en matemáticas fue la más pronunciada de todas las áreas de estudio.
Para el área de ciencias, en 2022 México anotó una calificación de 410 puntos, un retroceso de 9 puntos respecto de la medición previa. Por su parte, en comprensión lectora el puntaje fue de 415, una caída de 5 puntos.
Estos niveles de rendimiento escolar no eran tan bajos desde el 2003 para el área de matemáticas y 2006 para el área de ciencias y comprensión lectora.
Además de que el promedio de rendimiento de los estudiantes es significativamente bajo comparado con otros países con economías similares a la de México, se observa que también hay pocos estudiantes destacados.
En México menos del 1% de los estudiantes obtuvieron alto rendimiento en las áreas de estudio, mientras que el promedio para los paíes OCDE en este indicador fue de entre 7 y 9%, de acuerdo con las cifras publicadas por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
No hay educación sin igualdad
Otro de los factores que impactan el rendimiento de los estduiantes en México, y en casi todos los países participantes, es la desigualdad. Las ventajas sociales y educativas de estar entre la población más rica tienden a traducirse en mejores competencias y habilidades escolares.
En 2022, la prueba PISA mostró que el 25% de los estudiantes más ricos superaron en 58 puntos al 25% de los estudiantes más pobres en matemáticas. Esta fue la brecha más pronunciada.
Por otro lado, en la comparación 2018-2022, se observó que mientras los alumnos más favorecidos mantuvieron estable su rendimiento en comprensión lectora, los alumnos menos favorecidos anotaron una caída de 11 puntos en este rubro.
En el área de ciencias la disparidad también fue pronunciada; mientras el grupo de estudiantes más ricos mejoró en 3 puntos sus capacidades, el grupo de los más pobres registró una baja de 6 puntos.
Las cifras muestran que, si bien la caída en el rendimiento escolar de México no puede ser explicada sólo por la pandemia, los estudiantes con más vulnerabilidad social y económica sí fueron significativamente más golpeados por dicha crisis.
Otros aspectos de la vida escolar
El rendimiento de los estudiantes en la escuela no sólo depende de sus capacidades intelectuales. También está relacionado con su acceso a derechos, como la alimentación suficiente y de calidad, la vivienda digna, el uso de tecnologías de la información, los tiempos de traslado, las dinámicas familiares y las experiencias cotidianas en la escuela.
En México, 22% de los estudiantes dijo sentirse inseguro en su camino hacia la escuela, una cifra significativamente alta en comparación con el promedio de la OCDE (7 por ciento).
Dentro de los hogares, especialmente durante los periodos de educación a distancia, 3 de cada 10 estudiantes tuvieron problemas para encontrar alguien que los guiara o ayudara con las tareas escolares.
Incluso la escuela no fue un lugar seguro para todos los estudiantes, el 19% de las niñas y el 17% de los niños fueron víctimas de algún tipo de acoso escolar. Aunque este promedio es muy parecido al promedio de los países OCDE, el “bullying” sigue siendo uno de los grandes retos en la educación básica.