🔸 Después de un 2022 en el que los combinados tricolores tocaron fondo en diferentes categorías, se trabajó en una recuperación directiva y deportiva.
#DEPORTES El futbol mexicano empieza a entrar en una nueva realidad, hace un par de años vivió un trance a nivel de selecciones nacionales tanto en la rama varonil como en la femenil. El año 2022 quedó marcado como uno de los peores para los representativos mexicanos que se quedaron sin la posibilidad de acudir a los Juegos Olímpicos de París 2024, tras no haber mostrado un nivel competitivo en los torneos clasificatorios de ambas ramas.
Esos fracasos se sumaron al que protagonizó la Selección Mexicana mayor en el Mundial de Qatar 2022, cuando fue incapaz de trascender en la fase de grupos, lo que llevó a que desde el plano directivo se llevara a cabo una reestructura que cambiara los modelos de trabajo desde los equipos base.
El año 2022 marcó un punto crucial en el futbol mexicano, ese año se llevó a cabo el clasificatorio de la Concacaf para los Juegos Olímpicos de París, en la Confederación que rige el futbol de Norte y Centroamérica, se determinó que en la rama varonil el torneo que daría el pase a la justa veraniega sería el campeonato que también daría el pase al Mundial sub 20, por lo que fueron las selecciones de esta categoría las que pelearon en Honduras por un doble premio.
En aquel entonces la Selección Mexicana Sub 20 era dirigida por Luis Ernesto Pérez (hoy auxiliar técnico de Pumas), pero su equipo colisionó en la ronda de cuartos de final al caer en penales con Guatemala, por lo que se quedó sin boleto para el Mundial y para los Juegos Olímpicos, en lo que fue un gran fracaso para dos categorías de jóvenes futbolistas mexicanos.
Ese mismo año, en Monterrey, Nuevo León, también tuvo lugar el Campeonato Femenino de la Concacaf de 2022, un torneo clasificatorio para el Mundial de Australia y Nueva Zelanda del 2023 y también para los Juegos Olímpicos de París 2024.
Con el futbol mexicano femenil reclamando más apoyo y confianza en aquellos días, se tuvo la oportunidad de ser local de un torneo que tenía un doble premio mayúsculo, pero para sorpresa de todos lo que fue mayúsculo fue la tremenda decepción que protagonizó el equipo de Mónica Vergara, pues cuando se esperaba ese paso adelante lo que hubo fueron dos hacia atrás, la Selección Mexicana no fue capaz de superar la fase de grupos, es más no fue capaz ni siquiera de marcar un gol y en su propia casa fue testigo de un tropiezo que privó a las jugadoras de mostrarse en un dos grandes escenarios.
Tras el fracaso en el Mundial de Qatar, la Federación Mexicana de Futbol se planteó llevar a cabo una reingeniería en todo su entramado, los golpes deportivos que se habían llevado fueron muy grandes, por lo que se gestaron cambios en una estructura que se fue modificando con el paso de los meses, porque es ahí donde estuvo uno de los principales problemas: la falta de organización y constancia a nivel directivo, aunque las elecciones e intenciones no fueron malas.
Se creó una dirección de selecciones femeniles que atendería las necesidades de los equipos de dicha rama en específico y que estaría al pendiente de todas las necesidades, la elegida fue la ex futbolista Andrea Rodebaugh; asimismo Duilio Davino fue elegido como Director de selecciones nacionales mayores y Andrés Lillini fue nombrado como Director de Selecciones menores, para atender la formación de los equipos juveniles y que no se volviera a fracasar de forma tan estrepitosa.
Si bien estos cambios empezaron a darse cuando Rodrigo Ares de Parga ejercía como director ejecutivo de selecciones nacionales, los nombramientos permanecieron pese a su salida, pues los perfiles elegidos contaban con la experiencia necesaria para desempeñar los puestos en los que fueron nombrados.
La meta que se planteó por entonces la Federación Mexicana de Futbol, fue la de dotar a los equipos inferiores de las mejores condiciones para que su incursión en los equipos mayores, que su formación futbolística y personal estuviera mejor acompañada y mejor supervisada, tanto en categorías femeniles como varoniles.
Tras el bochornoso 2022 y los cambios que se suscitaron a nivel directivo, llegó la hora de empezar de nuevo. Sí, el césped retrata cuando las cosas se hacen bien, en esa parcela no hay engaño que disfrace las decisiones del escritorio, la parcela saca lo bueno y lo malo de los jugadores, los entrenadores; lo único que vale ahí es el discurso de la pelota.
En el 2023 la Selección Femenil Sub 20 acudió al Mundial de la especialidad en Colombia, avanzó en la segunda plaza del Grupo A; en la ronda de octavos de final le tocó medirse a Estados Unidos, el equipo de Ana Galindo compitió sin reparo, mostró personalidad y tras un 2-2 en los 90 minutos, llevó el juego el tiempo extra donde cayó por 3-2, pero la sensación de competitividad quedó plasmada. Además; esta misma categoría ya se ha clasificado para el Mundial del próximo año que se llevará a cabo en Polonia.
En el 2024, la Selección Sub 17 femenina acudió al Mundial de la especialidad que se celebró en República Dominicana, pero no pudo pasar de la fase de grupos y fue última del Grupo C.
Sin embargo, en esa misma categoría, hace apenas unos días la Selección Mexicana emocionó a millones de aficionados en México luego de una brillante participación en el Mundial de Marruecos, en el que conquistaron el tercer lugar al vencer en serie de penales a Brasil.
A nivel mayor, Andrea Rodebaugh eligió al entrenador español Pedro López como el encargado de darle una fisonomía diferente al futbol femenil en México, y lo ha hecho, hoy la Selección Mayor muestra una mecánica de juego, conceptos claros y una personalidad que alimenta la ilusión de verlas en el Mundial de 2027 que se celebrará en Brasil y en el que próximamente buscarán su boleto.
En lo que compete al futbol varonil, en el 2023 la Selección Sub 17 disputó el Mundial de Indonesia, avanzó como segundo lugar del Grupo F y en octavos de final fue eliminado por Malí con una goleada contundente de 5-0.
El equipo nacional logró su clasificación para la edición de este 2025, tuvo una fase de grupos complicada y avanzó como uno de los mejores terceros lugares; en la ronda de 16vos de final le tocó bailar con Argentina, y el equipo de Carlos Cariño mostró personalidad, remontó el juego y aunque le terminaron empatando a dos goles, sacó el carácter desde el manchón penal para lograr el pase a los octavos donde se medirá a Portugal.
Mientras, la Selección Sub 20 regresó a la cita mundialista y este año estuvo presente en Chile, donde tuvo buenas actuaciones, mostró un avance futbolístico y no se arrugṕo ante ningún rival, perdió en cuartos de final con Argentina, pero fue un equipo que compitió y nunca fue gobernado. En este grupo hay una generación de jugadores que pueden marcar el relevo generacional que tanto se necesita, bajo el comando de Gilberto Mora, aquí empieza la reconstrucción de la Selección Mayor.
Precisamente este es el equipo en el que más dudas hay a menos de siete meses para el arranque del Mundial, el equipo del Vasco también se reconstruyó a nivel directivo, pero no deportivo, al menos en la cancha no se ve ese avance que se desearía, pero el optimismo no se pierde. La fe de ver selecciones mexicanas competitivas nunca se agota.
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