🔸 El presidente estadounidense se lanzó tras el anunció de la NFL
#DEPORTES | La noticia cayó como un choque eléctrico en el ambiente deportivo y cultural: Bad Bunny será el artista encargado del espectáculo del medio tiempo del Super Bowl 2026 en Santa Clara, California. Un anuncio que, en teoría, celebra la música latina en el escenario más visto de la televisión estadounidense. Pero rápidamente se convirtió en terreno de debate político, cultural y racial. Las reacciones se hicieron sentir, no sólo entre fans y detractores del trabajo musical del puertorriqueño, sino también desde sectores dentro del poder en EE. UU.
Lo que debía ser una celebración artística, un momento de exposición inmensa, encendió alarmas en la órbita conservadora. Invitados a ese escenario, según críticos, serán no sólo notas musicales, sino ideologías, idiomas, símbolos culturales e incluso agendas políticas. Algunos sectores rechazaron la decisión con dureza, argumentando que un artista que ha criticado a Trump y canta mayormente en español no debía tener ese espacio de transcendencia nacional.
La tormenta comenzó a agitarse con declaraciones como las del asesor Corey Lewandowski, exaliado de Trump, quien aseguró que agentes de ICE (el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) estarán presentes en el show. “No hay ningún lugar donde se pueda brindar refugio a quienes se encuentran en este país ilegalmente … Ni en el Super Bowl ni en ningún otro lugar. Los encontraremos, los arrestaremos, los meteremos en un centro de detención y los deportaremos”, declaró Lewandowski en el programa The Benny Show. Estas palabras encendieron debates inmediatos: ¿el espectáculo será escenario de control migratorio?
El uso del español en un evento de tan gran perfil no pasó desapercibido para los críticos. Influencers del movimiento MAGA y activistas conservadores se defendieron con fuertes ataques en redes. En su cuenta de X (antes Twitter), el comentarista Benny Johnson calificó a Bad Bunny como un “enemigo acérrimo de Trump” y un “activista en contra de ICE”, además de fustigar a la NFL por “autodestruirse año tras año”. Otros manifestantes pidieron que el show fuera boicoteado.
Nick Adams, quien recientemente fue anunciado como embajador de EE. UU. en Malasia, calificó la elección del artista como “una cachetada en la cara” para quienes apoyaron masivamente a Donald Trump. Propuso incluso al cantante Kid Rock como alternativa para el halftime. La oficina del gobernador de California, Gavin Newsom, respondió en tono jocoso: Kid Rock no tiene permitido actuar en ese estado, recordando quién controla la realización del evento.
Josie Glabach, conocida como “La libertaria pelirroja”, lo llamó “un marxista demoníaco”. “Estamos en una guerra espiritual y, una vez que lo ves, ya no puedes dejar de verlo”, escribió, y acompañó su crítica con un video que pretendía mostrar estética “demoníaca” en Bad Bunny. Además, muchas publicaciones conservadoras compartieron imágenes del artista con maquillaje o ropa femenina, insinuando que su imagen era inapropiada para un espectáculo familiar.
Algunos usuarios sumaron argumentos lingüísticos: “No se debería permitir que no haya canciones en inglés en uno de los eventos televisivos más vistos del año en Estados Unidos…”, dijo Danica Patrick, expiloto de automovilismo y comentarista de derecha. Trish Reagan, presentadora de televisión, se quejó señalando que Bad Bunny es “un rapero con un catálogo de letras vulgares” y citó la frase de su tema Compositor del Año que dice “un presidente mamabicho que no hace un pito”.
El rechazo conservador parte de acciones previas del artista. Durante la campaña presidencial de 2024, Bad Bunny publicó un video en su cuenta de Instagram mostrando apoyo a Kamala Harris, donde la excandidata acusaba a Trump de haber abandonado Puerto Rico y de bloquear ayuda humanitaria tras huracanes. También, en junio de este año, lanzó un video denunciando una redada de ICE en Puerto Rico: “Se tiraron aquí (…) en vez de dejar a esa gente tranquila trabajando ahí”, dijo.
En una entrevista con la revista i-D, el cantante reveló que decidió hacer una residencia de conciertos exclusivamente en Puerto Rico y no presentarse en EE. UU. continental por temor a redadas alrededor de sus conciertos: “Estaba el problema de que ICE podría estar fuera. Y es algo de lo que hablábamos y que nos preocupaba mucho”.
Estas acciones previas alimentan la narrativa de que su elección como figura del halftime show no es ajena a lo simbólico —más allá del entretenimiento musical—. La reacción conservadora lo interpreta como provocación, mientras seguidores lo ven como reivindicación cultural.
El espectáculo del medio tiempo del Super Bowl es una vitrina de magnitud planetaria. Artistas como Michael Jackson, Madonna, Prince o Beyoncé han usado ese palco para consolidar su estatus. Hoy, Bad Bunny añade otro capítulo: su música supera los 60 millones de oyentes mensuales en Spotify, más que cualquier otro artista latino. Es triple ganador del Grammy y lidera las nominaciones en los Grammy Latino 2025.
Cuando se le preguntó sobre su designación, el propio Bad Bunny respondió:
“Es por quienes me precedieron y corrieron incontables yardas para que yo pudiera entrar y anotar un touchdown… esto es por mi gente, mi cultura y nuestra historia. Ve y dile a tu abuela que seremos el ESPECTÁCULO DE MEDIO TIEMPO DEL SUPER BOWL.”
El evento se celebrará el 8 de febrero de 2026 en el Levi’s Stadium en Santa Clara, California.