• Nuestras y nuestros investigadores y académicos universitarios están a la vanguardia en asuntos de interés común: Guadalupe Valencia García
• Por su rápido crecimiento económico con reducciones de pobreza, la nación asiática es una enseñanza para América Latina, indicó Alicia Girón González

A seis décadas de las relaciones diplomáticas entre México y Corea, estamos en uno de los momentos más sólidos y es viable pensar en acuerdos comerciales y también culturales, con trámites más sencillos y que sean de mutuo beneficio, considerando una serie de paralelismos y grandes diferencias entre ambas naciones, afirmó la coordinadora de Humanidades de la UNAM, Guadalupe Valencia García.

Al inaugurar el “Segundo Coloquio de Estudios Coreanos en el PUEAA. 60 años de relaciones entre México y Corea del Sur: ¿Hacia un Tratado de Libre Comercio?”, señaló:

“Tenemos altos niveles de industrialización y un dinámico comercio exterior; los dos países están entre las 15 primeras economías del mundo y somos parte de los principales socios comerciales entre nuestras respectivas regiones”.

Lo anterior ha incrementado el mutuo interés y también obliga a mejorar nuestra comunicación acrecentando el estudio del español en Corea y el coreano en la UNAM. En ese sentido, la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción de la UNAM aumentó la matrícula de estudiantes universitarios que desean aprender la lengua coreana, su cultura, apuntó Valencia García.

En el encuentro a distancia organizado por el Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA) de la Universidad Nacional, resaltó que el aspecto académico también beneficia con esta disposición y proyección conjunta, lo cual impulsa intercambios estudiantiles, expresiones culturales e incremento de turismo, incluso mayor cooperación técnico-científica.

“Como es costumbre, nuestras y nuestros investigadores y académicos están a la vanguardia en asuntos de interés común, sean económicos sociales o culturales, contribuyendo con análisis exhaustivos a negociaciones nacionales e internacionales de gran envergadura”, puntualizó Guadalupe Valencia.

Enfatizó que el Programa cumple con su encomienda de servir como puente estratégico entre culturas, como es el caso de México y esa nación asiática.

En su oportunidad, la titular del PUEAA, Alicia Girón González, comentó la importancia de celebrar 60 años de relaciones diplomáticas México-Corea, de un vínculo estrecho, sobre todo a través del arte y la cultura.

La universitaria recordó indicadores económicos importantes: el país asiático tiene 57.7 millones de habitantes y el nuestro, poco más de 131 millones; el producto interno bruto (PIB) per cápita es de 34 mil 800 y 8 mil 326 dólares, respectivamente, es decir, aproximadamente cuatro veces mayor en aquella nación que en la nuestra. La inflación en Corea está calculada para el presente año y el siguiente, en promedio, en 2.4 por ciento (ahora es de 3.7), mientras que aquí es de 6.3 por ciento.

Otro aspecto relevante es la vacunación contra la COVID-19: 86 por ciento de los coreanos están vacunados, en comparación con 71.29 por ciento de mexicanos. “Algo que parece sorprendente es la proyección para México del PIB en 2024, de 2.9, con un descenso de 1.8”.

Abundó que estos datos muestran que Corea del Sur, que tuvo un éxito notable al combinar un rápido crecimiento económico con reducciones significativas de pobreza, es una enseñanza para América Latina.

Proceso de regionalización

En la mesa inaugural, Caminando hacia políticas conjuntas ante un TLC, Alfredo Romero Castilla, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, precursor en el estudio de Corea y de Asia en general, subrayó que la formalización de los estudios coreanos tiene una data reciente. De hecho, en el mundo iniciaron en la década de 1960 y en México se intentó comenzarlos en esa misma época, con los esfuerzos pioneros en la UNAM.

Sin embargo, el análisis de Corea tuvo poco desarrollo y aceptación, habría que poner cuidado porque el trabajo de investigación que hoy se realiza en nuestro país se hace de manera dispersa, diseminado en diversas instituciones educativas. “Esto lleva a pensar que el PUEAA podría convertirse en el puente de comunicación académica que fortalezca estos estudios”, añadió en su exposición “Perspectivas sobre Corea del Sur en los estudios coreanos en México”.

Al hacer uso de la palabra, el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, José Luis León Manríquez, se refirió a los impactos del nearshoring en la relación México-Corea, término que se escucha de manera recurrente en la prensa y que ha generado gran esperanza de constituirse en palanca para el desarrollo de la nación mexicana.

En su participación titulada “México y Corea del Sur: el comercio en tiempos de la regionalización”, manifestó que ese modelo industrial representa un fenómeno que tiene que ver con la desglobalización de la política mundial y el proceso de regionalización; es decir, la creación de bloques comerciales no orientados hacia el intercambio de productos, cada vez más entre áreas geográficas adyacentes.

Para Juan José Ramírez Bonilla, del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, debido a la cercanía geográfica con Estados Unidos, el destino económico de nuestra nación está ligado con el vecino del norte.

De acuerdo con la estructura comercial consolidada, donde EUA es consumidor de bienes de alto contenido de valor agregado, su relación comercial con Corea es fundamental para ambas economías.

En su intervención “México y Corea del Sur en el nuevo contexto de América del Norte”, apuntó que en 2023 estos países tienen la oportunidad de aprovechar las regulaciones bilaterales que sostienen con Estados Unidos para establecer un acuerdo bilateral México-Corea, siempre y cuando tengan en cuenta las principales reglas que regulan el proceso del mercado estadounidense en el marco del T-MEC. “De no ser así, tendríamos un acuerdo parcial con beneficios también parciales y con poca relevancia para ambos gobiernos”.

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