México mantendrá a la Guardia Nacional, el cuerpo estrella de la administración de Andrés Manuel López Obrador, bajo el mando de un general retirado y recibiendo formación y apoyo militar pese a que la Suprema Corte invalidó su traspaso a la Secretaría de la Defensa.
Así lo indicó el presidente mexicano el miércoles, un día después del fallo del alto tribunal. Según dijo, tomó esta decisión en el marco de la ley que permite a las Fuerzas Armadas apoyar en las labores de seguridad y para “no afectar la buena marcha” de la Guardia.
Además anunció que el año que viene, después de las elecciones parlamentarias, volverá a presentar la iniciativa de cambios constitucionales ahora anulada y dijo que espera que salga adelante porque confía en que su partido ganará los comicios de junio de 2024.
La Guardia Nacional se creó en 2019 y el presidente la presentó como la solución a la inseguridad. El año pasado su mando pasó de la Secretaría de Seguridad Pública, dirigida por la civil Rosa Icela Rodríguez, al jefe del ejército, lo que provocó los recursos en la Corte.
Ahora volverá técnicamente a estar bajo las órdenes de Rodríguez aunque el jefe del cuerpo seguirá siendo el general retirado Daniel Córdova Campos.
El movimiento será más un cambio en el organigrama que en la práctica porque el mando operativo ya estaba en manos de militares y, desde su creación, la Guardia Nacional se integró fundamentalmente con miembros de las Fuerzas Armadas.
López Obrador insistió que, a futuro, el mando de la Guardia deberá estar en la Secretaría de la Defensa ya que eso es lo único que puede garantizar que no se corrompa el cuerpo.
Sin embargo, guardias nacionales han sido acusados de diversos abusos y violaciones a los derechos humanos y hasta la ONU ha argumentado que estar bajo mando militar impide y complica que rindan cuentas ante la justicia.
López Obrador arremetió contra los jueces del alto tribunal quienes, a su juicio, “actuaron de manera facciosa y no con criterio jurídico sino político, defendiendo las antiguas prácticas del régimen autoritario y corrupto”.
El martes la Corte consideró que el decreto para el traspaso supuso un “fraude a la constitución” y con los votos a favor de ocho de los 11 ministros se declaró inconstitucional que la Guardia Nacional quede bajo el mando de la Secretaría de la Defensa.
La Guardia había asumido cada vez más funciones en el ámbito civil como el control de las aduanas, los aeropuertos, los flujos migratorios y hasta la vigilancia en el metro de la Ciudad de México.
La decisión de la Corte representa un revés para López Obrador, quien ha sustentado su política de seguridad en el uso de los militares para hacer frente a las poderosas organizaciones criminales que controlan vastas regiones del país.