México es pelea y empuje. Cuando cayó el último out ante Colombia, los fantasmas del fracaso de Tokio 2020 volvieron a aparecer sobre el combinado Tricolor, pero a partir de ese momento todo ha sido un sueño hecho realidad hasta llegar a la antesala del título en el Clásico Mundial de Beisbol.
Tras un año de espera por la pandemia de Covid-19, los Juegos Olímpicos llegaron como una bocanada de oxígeno en el deporte nacional. Y el beisbol era una de las cartas fuertes. Sin embargo, los dirigidos por Benjamín Gil se estamparon y perdieron los dos encuentros en Japón.
Precisamente fue la novena nipona, a la que enfrentará México el lunes en la Semifinal del Clásico Mundial, la que terminó por quebrar el espíritu tricolor. Primero fue República Dominicana, con un sobrio 1-0 y luego los locales, con un 4-7 lapidario, que mandaron a los aztecas al fondo del Grupo A, consumando el que quizá fue el peor tropiezo de la delegación nacional en la justa veraniega.
Aquel combinado tricolor estaba encabezado por Adrián González, pero el que ya comenzaba a destacar, incluso con jonrones, fue Joey Meneses, hoy parte fundamental de las cuatro victorias consecutivas del cuadro de Gil, mánager en Tokio 2020.
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