Marco Oviedo, estratega para América Latina en el banco de inversión XP, el mayor de Brasil consideró que el Banxico tiene más claro dónde llegará la tasa terminal que la Fed, porque iniciaron el ciclo alcista mucho antes
La inflación sigue siendo el problema más grave de la economía mexicana. Aún con la moderación que observamos en febrero sigue bastante lejos del objetivo puntual del Banco de México que es 3%, advirtió Marco Oviedo, estratega para América Latina en el banco de inversión XP Inc., el mayor de Brasil.
Concede 50% de posibilidad que el Banco de México lleve la tasa terminal hasta 12% nominal en respuesta al impacto que tendrá en las negociaciones salariales el choque concentrado de la inflación en los precios de alimentos.
Cuando tenemos a la inflación subyacente con una variación de 8.29%, claramente estamos lejos de la meta puntual y no veo espacio para esperar un recorte en la tasa este año, reconoció.
La inflación subyacente es el indicador que incorpora los precios de productos y servicios que no se ven afectados por la volatilidad ni decisiones administrativas.
Entrevistado por El Economista consideró que los miembros de la Junta de Gobierno de Banco de México tienen más claro donde llegará la tasa terminal, que la Fed, porque iniciaron el ciclo alcista mucho antes.
Refiere lo expresado por la mayoría de los miembros de la Junta, incluida la gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja, para advertir que han dado señales de que pueden pausar el ciclo alcista para ver cómo funciona la restricción acumulada. De ahí su expectativa de que no habrá recortes en la tasa este año, asumiendo que la inflación subyacente sigue muy lejos del objetivo.
Advirtió que la moderación que mostró el dato de inflación de febrero de 7.62% y ubicarse por debajo de 7.9% de enero, no es suficiente para asumir que Banxico puede suavizar la magnitud del alza en la tasa que viene para el 30 de marzo.
Una golondrina no hace verano (…) tenemos que confirmar que en la primera quincena de marzo el dato de inflación viene también moderado y aun así, lo único que indicaría es que sí se ha tocado ya el pico de inflación”.
Oviedo anticipa que la inflación de este año terminará con una variación de 5.6% y la del próximo estará en 4.1 por ciento.
Avizora pausa todo el año
Reconoció que le gustó el comentario que hizo la gobernadora en la conferencia del informe trimestral cuando dijo que lo importante no es tanto la terminal como ser flexible. Mi impresión, dijo, es que está esperando a ver más datos que confirmen cuando la inflación ya está en trayectoria consistente a la baja.
Oviedo, uno de los estrategas económicos más reconocidos, destacó la relevancia de que más miembros de la Junta se están animando a hablar, como fue el caso de la subgobernadora Galia Borja, que recientemente observó que estaba esperando el dato de inflación de febrero y que la posición del presidente Jerome Powell es otro elemento a tomar en cuenta para tomar su decisión monetaria.
También comentó sobre la disidencia de la subgobernadora Irene Espinosa en el tono del comunicado de febrero, sobre el forward guidance y la expresiva participación del subgobernador Jonathan Heath que incluso ha dicho que no ve la tasa terminal en 12 por ciento.
Sería ideal que la gobernadora hablara más y que más miembros de la Junta de Gobierno salgan a los medios.
Sobre el nuevo integrante de la Junta, Omar Mejía Castelazo, dijo que como acaba de llegar “tendrá que calentar un poco más la silla” para salir a hablar a los medios y al mercado.
PIB y su magro crecimiento
Desde Brasil descartó que la restricción monetaria genere un impacto negativo en la economía.
Uno de los canales más débiles de comunicación de la política monetaria restrictiva sobre la economía es el de la demanda agregada, detalló.
La tasa real ex ante, que descuenta la expectativa de inflación sobre la tasa nominal, se ubica actualmente en 6%, lo que definitivamente no es tan elevado como para frenar a la economía.
Agrega que la actividad económica sigue en una fase de “recuperación natural rezagada”, consecuencia de que no hubo apoyo fiscal en la pandemia.
Estima, en consecuencia, que el Producto Interno Bruto registrará un crecimiento de 1.3% este año y de 1.7% el próximo que no incorpora la posibilidad de una recesión.
México tendrá un crecimiento magro trimestral que fluctuará entre 0.3 a 0.2% pero no habrá una recesión.
Agregó el funcionamiento del T-MEC con Estados Unidos que está abriendo la puerta al llamado nearshoring, como otro factor que puede contribuir a la resistencia de la economía mexicana respecto del ambiente internacional.
Inercia dificulta desinflación
El experto en política monetaria explicó que es más difícil y lento llevar la inflación de 4% al objetivo que bajarla desde el pico a 4 por ciento.
Hay mucha inercia en la formación de precios en México por diversos factores: contrato, salarios y porque aún no hemos visto periodos largos de inflación con 3%; si sacamos un promedio de inflación de los últimos 15 años, vemos que ha sido de 4% y no 3 por ciento.
Siendo honestos, ha sido difícil para todos los gobernadores, llevar la inflación a 3%, y no hay nada de malo, porque hay un rango.
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