El déficit solar es uno de los factores que provocará una mayor disminución de la temperatura no solamente en la capital del país, sino en todo el mundo.
La Ciudad de México se cubrió de blanco el 11 enero de 1967 . Una temperatura de cuatro grados bajo cero causó que zonas del Paseo de la Reforma y el Zócalo amanecieran con una capa de nieve de cinco centímetros.
¿Cuándo volverá a caer nieve en la Ciudad de México?
La afirmación de Muñoz es compartida por Guillermo Ayala Álvarez, director de Alerta Temprana en la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, en la capital del país.
Para que caiga nieve, según este funcionario, es necesario que se registren temperaturas de por lo menos cero grados durante más de 14 horas consecutivas, lo cual no se espera que ocurra durante este invierno.
“Esto no obsta para que, como ha ocurrido frecuentemente, caiga un poco de nieve en El Ajusco, ubicado en el sur de la capital. Además hay que considerar que la Ciudad de México cuenta con una conformación que repele precisamente los fríos extremos porque se ha construido una isla de calor: tenemos demasiado asfalto y concreto, demasiados edificios y casas y muy pocas áreas verdes”, explica Ayala Álvarez.
A partir del domingo primero de enero, Ayala pronostica que las madrugadas tendrán temperaturas de mínimo seis grados, lo cual significa que el clima va a mejorar en comparación con la semana pasada, cuando hubo amaneceres con menos de dos grados.
Además, durante la semana pasada solamente entre las 14:30 y las 16 horas se registraron temperaturas de unos 17 grados, y después volvía a bajar el termómetro, lo cual no permitía que se calentaran espacios cerrados como casas y oficinas. De ahí la sensación térmica que llevó a los capitalinos a decir: “¡Hace mucho frío!”, frase que ya no se escuchará tanto, conforme con la siguiente estimación de Ayala:
“Vamos a experimentar días más templados. En lugar de solamente dos horas y media, ahora contaremos con un Sol que calentará por espacio de cuatro o cinco horas”.
El mundo entrará en una era de grandes heladas
El frío intenso de hace una semana no es atípico, sino que es parte del comienzo de un patrón recurrente, según Víctor Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“A principios de siglo comenzó el déficit solar, fenómeno en que el Sol durante gran parte de este siglo va a comenzar a disminuir su actividad. Cada año nos va a llegar menos energía solar, lo cual va a repercutir en todo el mundo y, desde luego, se esperan nevadas en la Ciudad de México como ya ocurrió en 1967”, expresa este investigador de la UNAM.
La tesis en cuestión es que la radiación solar total es la principal fuente de energía del sistema climático de la Tierra y, en consecuencia, sus variaciones pueden contribuir al cambio climático natural.
“Esta variabilidad se caracteriza, entre otras manifestaciones, por oscilaciones decenales y seculares, lo que ha dado lugar a varios intentos de estimar la energía solar futura”, se lee en Reconstrucción y predicción de la irradiación solar total: del período cálido medieval al siglo XXI, artículo publicado por Velasco en New Astronomy, revista científica internacional.
De lo cual se sigue que cada vez que el astro rey envía menos energía a la Tierra se reportan nevadas históricas; por ejemplo, Velasco platica que en época de la gran Tenochtitlan el lago de Texcoco se congeló varias veces.
“Esto nos alerta de los problemas que vamos a enfrentar durante las próximas décadas: no solamente de salud, sino también de producción de alimentos y consumo de energéticos, por lo que recomendaría a las autoridades tener un plan a corto y mediano plazo al respecto”, opina Víctor Velasco.
La ceniza de los volcanes: otro factor de enfriamiento
En este sentido preventivo, saber si va a nevar en la Ciudad de México pasa a segundo término y cobra mayor relevancia la siguiente pregunta: ¿Estamos preparados como nación para enfrentar esta situación? La respuesta es “no”, de acuerdo con Velasco, quien sugiere que las industrias textil y de la construcción deberían comenzar a pensar en producir más ropa y casas adecuadas para el frío que inexorablemente envolverá el planeta.
“Para tener una idea de lo que ocurrirá, basta decir que se espera que entre 2030 y 2040 vamos a tener las menores temperaturas del siglo en todo el mundo”, advierte.
Por otro lado, a escala mundial ha habido un aumento de erupciones volcánicas y la ceniza derivada es otro factor de enfriamiento, porque no permite la penetración de los rayos solares, según Velasco.
“Los volcanes que están cerca del Ecuador afectan a todo el planeta y la ceniza que generan puede permanecer en la atmósfera por arriba de los 10,000 metros de altura durante meses o años”.
En resumen, cada vez se presentan más condiciones para que un enfriamiento generalizado se desencadene, por lo que es preciso adelantarse a los fenómenos antes de que nos tomen por sorpresa, y aunque no se puede saber ni el día ni el año en que va a volver a nevar en la Ciudad de México, Velasco hace el siguiente pronóstico:
“Se ve que el 2023 va a ser más frío que el 2022”.
Entonces quizá muy pronto los senderistas como Felipe Muñoz no tendrán que escalar montañas, porque les será suficiente una caminata por Paseo de la Reforma o el Zócalo para poder hacer muñecos de nieve, como en aquel amanecer del 11 de enero de 1967.
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