La incidencia del coronavirus, que apenas incrementa defunciones y hospitalizaciones, se suma a la de la influenza aunque el subsecretario de Salud descarta vacunar a los grupos de edad más jóvenes
México ha entrado en la sexta ola de covid después de seis semanas de incremento de casos. Así lo ha confirmado el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en la conferencia del presidente de este martes en Palacio Nacional. La pasada semana se registraron una media de 1.818 de contagios y de una defunción al día. “La mortalidad es francamente baja, afortunadamente esto es resultado de la vacunación extensa que se ha tenido en todo el territorio”, ha resaltado el funcionario. Tampoco se ha incrementado la ocupación en los hospitales, que sigue en un 4% para camas generales y un 2% para las que cuenta con ventilador. “Es probable que haya algún incremento, pero afortunadamente hay una importante separación entre los contagios y la probabilidad de tener una enfermedad grave”, ha apuntado López Gatell. Esta nueva ola de coronavirus ha coincidido con la vuelta de la influenza, el otro virus respiratorio que fue opacado por la covid-19 desde 2020.
Hay un culpable del regreso de los contagios de covid-19, según López-Gatell: el invierno. “Las infecciones respiratorias causadas por virus tienen una mayor capacidad de transmisión durante la temporada fría porque las gotas de líquido respiratorio, las secreciones, duran más tiempo en el aire y eso las hace más tiempo viables para que contagien de una persona a otra, también porque solemos congregarnos en espacios cerrados y porque la eficiencia del sistema inmune al nivel del árbol respiratorio es menos eficiente”, ha explicado el funcionario, que ha tratado de minimizar el impacto actual de esta sexta ola.
Desde el 6 de noviembre hasta ahora en México se ha pasado de 683 casos diarios a casi 2.000, es decir, los contagios se han triplicado en apenas mes y medio. “Es un incremento lento en comparación con la velocidad de la cuarta o la quinta ola”, ha dicho el subsecretario. En el punto álgido de casos, que sucedió a principios de este 2022 con la embestida de ómicron, la cifra se disparó hasta los 60.000 contagios diarios.
Este repunte ha llevado a Estados como Nuevo León a ordenar de nuevo el uso obligatorio de cubrebocas en espacios cerrados. López-Gatell también ha reconocido que la mascarilla es útil en esos casos: “No existe la necesidad de debatir, el cubrebocas es útil para los espacios públicos cerrados, como el transporte público”. Sin embargo, ha recordado que la “predicción más plausible en la comunidad científica global es que la covid-19 progresivamente entre en temporada en una fase estacional, deje de tener estas oleadas en las primaveras y veranos, y empiece a sincronizarse con el resto de más de 360 virus respiratorios”.
Los Estados que más casos concentran por el momento son Ciudad de México, Estado de México, Nuevo León, Guanajuato y Jalisco. En función de la población, Quintana Roo es el lugar con mayor incidencia y suma 70 casos por cada 100.000 habitantes, frente a los 10 casos por cada 100.000 habitantes que registra Nuevo León.
Otro de esos virus es la influenza, una enfermedad respiratoria que parecía olvidada en estos últimos tres años cuando los contagios por covid-19 lo inundaron todo. En México hace años que existe vacuna, pero en una opinión muy criticada hoy, López-Gatell ha afirmado que solo es para mayores de 60 años, niños menores de cinco, mujeres embarazados o personas con comorbilidades como diabetes, hipertensión, inmunosupresión o enfermedades cardiovasculares crónicas.
“Las personas jóvenes saludables acuden a los puestos de vacunación y eso les quita la oportunidad a las personas que realmente se benefician de la vacuna [de la influenza]”, ha insistido, “las personas jóvenes no hay necesidad de que se vacunen: porque la vacuna no protege de la infección sino contra el riesgo de complicaciones y muerte, y este riesgo es notoriamente más amplio en los extremos de edad”. El funcionario ya generó mucha polémica cuando estuvo durante meses negando que los niños tuvieran que vacunarse contra la covid-19, mientras en otros países sí estaban incluidos en los planes de vacunación. Finalmente y cuando estaban cubiertos otros grupos de edad, el Gobierno cedió.