El Acuerdo Comercial Europa-México ya se encuentra en la fase final; sin embargo, preocupa a los políticos que se agoten los tiempos para rubricar la ratificación.
Otro aspecto que considera fundamental es mejorar la parte de acceso a los mercados en materia de servicios. Pero aún “más importante que el acceso al mercado de bienes y servicios, es cómo queremos que se suministren los bienes y servicios que intercambiamos, no se trata de ‘Te cambio patatas por carne’, quiero que estas patatas tengan estos requisitos, y quiero que los coches que tú me vas a vender cumplan con ciertas condiciones”, ejemplifica.
En ese sentido, la parlamentaria subraya que se incorporó un capítulo de desarrollo sostenible, un aspecto que no era considerado hace dos décadas en las firmas de acuerdos comerciales en el mundo, “y este capítulo contempla sostenibilidad social, sostenibilidad laboral y sostenibilidad ambiental”.
Rodríguez-Piñero señala que para los europeos era muy importante que México se adhiriera al convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo, en materia de libertad sindical, pues los instrumentos de la política comercial deben contribuir a que las condiciones económicas de la población sean más favorables.
En el rubro de competencia, menciona que “México ha hecho un gran trabajo al abrir sus mercados de compras públicas a la competencia europea, y no sólo a nivel federal sino a nivel subfederal, México lo hizo en tiempo con rigor y ha sido un ejemplo porque ha abierto caminos para otros acuerdos a nivel subfederal”.
Destaca asimismo que es la primera vez que se incluye en un acuerdo un capítulo anticorrupción, y eso fue una iniciativa mexicana, lo cual refleja la importancia que tiene para México reforzar los valores democráticos, pues la corrupción –sostiene Rodríguez-Piñero– es la principal lacra para la ciudadanía y para la democracia.
La eurodiputada precisa que todo este andamiaje regulatorio no debe causar zozobra, “no hay que tener miedo a los estándares, a lo que hay que tener miedo es a no tenerlos”.
Por la apertura en la política energética
Respecto de la política energética del gobierno del presidente López Obrador y los señalamientos de la representante comercial estadounidense en el sentido de la preocupación por la falta de competencia y la protección a las empresas mexicanas en el sector, lo cual motivó la solicitud de las consultas, Inmaculada Rodríguez-Piñero alude a la reforma eléctrica que fue rechazada en el Congreso mexicano en abril de este año.
“Si esa reforma hubiese sido aprobada, “sí que hubiera sido preocupante porque realmente es un modelo diferente, ¿no? Nosotros por supuesto defendemos en todos los acuerdos la libertad de las partes, el derecho a regular, pero defendemos también los compromisos en los acuerdos, y en el acuerdo de la modernización con México es el compromiso de que se cumplan los objetivos de París (…) Para mí fue significativo que no se aprobara esta reforma y espero que lo que hagamos sea cooperar en un modelo energético que permita la competencia, pues es realmente lo mejor para el consumidor en términos de precios y sobre todo en energías limpias, que es lo que necesita el planeta”.
Impacto de las consultas del T-MEC, inquietud por los tiempos
Cuestionada respecto de los impactos que pudiera tener tanto las consultas en el marco del T-MEC, solicitados por Estados Unidos y Canadá y sobre la renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía y el relevo con Raquel Buenrostro, Rodríguez-Piñero acotó: “A nosotros lo que nos preocupa son los plazos. El objetivo es que pueda firmarse y ratificarse para cumplir con los plazos de México, pero también con los del Parlamento Europeo, nosotros vamos a elecciones de 2024 y a partir de 2024 ya no tenemos dinámica de aprobación o de no aprobación, dinámica de reglamentos y directivas”.
La parlamentaria deja claro que para que realmente se diversifique la economía en México debe haber interés de las empresas, porque los gobiernos negocian las condiciones, pero el tejido empresarial mexicano es el que debe tener interés en invertir en el mercado europeo y aprovechar esas condiciones para diversificar.
A más de 20 años de haber entrado en vigor el acuerdo, el comercio bilateral entre la Unión Europea y México se ha más que triplicado. De acuerdo con cifras oficiales, los flujos de bienes y servicios entre ambas economías ascienden a casi 60 mil millones de euros. En 2021 la UE se mantuvo como el segundo inversionista neto más grande en México con 6 mil 900 millones de euros (24.6% del total neto de la IED), sólo después de Estados Unidos.
Impulsa política comercial con perspectiva de género
Antes de ser “rapporteur” o ponente en el acuerdo con México, la parlamentaria española desempeñó el mismo papel en el acuerdo de asociación con Chile, donde pugnó con éxito por incorporar un capítulo de género. Pero cuando se comenzó a renegociar el acuerdo con México y ella llegó a la ponencia, no se había incluido un capítulo de género y no se podrá ya incorporar, pues no estaba en el mandato de negociación.
Pero, insistente en el punto, Rodríguez-Piñero solicita que al mismo tiempo se firme una declaración, donde haya un compromiso firme y plazos hacia un capítulo de género. “Las mujeres en México se tienen que beneficiar igual que los hombres de todas las ventajas que supone estar en un acuerdo comercial”, señala, y pide hacer eco de su propuesta.
Sobre los detalles de esta declaración, prefiere no adelantar vísperas. “Estamos trabajando ya en el contenido, no puedo adelantar detalles, pero estamos trabajando”.
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