Nuestra Constitución considera un derecho fundamental tres cosas: el derecho de acceso a Internet, los servicios de telecomunicaciones y a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, conocidas popularmente como TIC. Sin servicios de telecomunicaciones y su infraestructura, no hay Internet, pero Internet y servicios de telecomunicaciones sin TIC, no sirven de nada. La Constitución hizo bien en construir un silogismo jurídico para la conectividad.
La siguiente reflexión es: ¿a qué tecnología tiene derecho el ciudadano? La respuesta es, a la mejor, la más asequible, la más reciente, a toda la que le permita ejercer sus derechos humanos en la forma que él quiera y con plenitud. 5G es la tecnología con más apoyo público para su nacimiento en la historia de las tecnologías móviles. La capacidad para modificar las cadenas de valor, innovar y construir nuevos mercados tecnológicos ha puesto en el centro, de las políticas nacionales la liberación de esta tecnología y nueva política digital 5G.
Semiconductores. Esta semana, Estados Unidos invitó a México al mundo de la economía digital. Señalaron los gobiernos que “La aprobación de la ley “CHIPS y Ciencia” en Estados Unidos proporciona oportunidades sin precedentes para mejorar nuestras ya dinámicas cadenas de suministro”.
“Ambos países nos comprometimos a trabajar con nuestros sectores privados para identificar sitios con las habilidades, infraestructura y capacidades industriales adecuadas para una mayor inversión en el ecosistema de semiconductores y TIC. Trabajaremos juntos para llevar a cabo un programa piloto para determinar la viabilidad de acercar los centros de producción de insumos de semiconductores para reducir riegos de futuras interrupciones en las cadenas de suministro e igualmente apoyar una mayor integración de pequeñas y medianas empresas (Pymes) en estas cadenas de suministro”.
Espectro radioeléctrico. La política digital 5G del Estado Chino, tomó el espectro radioeléctrico y lo entregó con obligaciones de cobertura y sin obtener una retribución económica a China Unicom, China Mobile y China Telecom. La intención fue masificar el uso de esta tecnología y democratizar su acceso a todos los ciudadanos, particularmente los más pobres.
Estados Unidos liberó la mayor cantidad de espectro de su historia, con un precio superior a los 80 mil millones de dólares, con el mercado por delante y las inversiones de T-Mobile, Verizon y AT&T, realizando un despliegue épico y 100 mil millones de dólares para conectar a 20 millones de no conectados.
La asignación social de 5G no sucederá en México, con los precios tan elevados del espectro radioeléctrico que tenemos actualmente, además, el gobierno mexicano está perdiendo ingresos. El monto estimado de derechos que deja de recibir el Gobierno Federal, derivado de la renuncia de Telefónica a su espectro, es de 4,500 mdp a precios de 2022. Está desperdiciando espectro. Sólo se asignaron 3 de 41 bloques de espectro puestos a disposición del mercado y no hubo interés de nuevos participantes por entrar a la licitación, a pesar de que había varios bloques de espectro ofertados. El monto de los derechos que dejará de recibir anualmente el gobierno, por concepto de pago de derechos de los bloques no asignados, asciende a 1,392 mdp anuales.
La iniciativa de Ley Federal de Derechos enviada al Congreso no refleja el incremento inflacionario y prevé los montos establecidos en la LFD 2022; esto es, una disminución de alrededor de 8%. No generará los estímulos a la cobertura que México necesita.
Inmejorable momento para México 5G, un Foro que convoca el Instituto Federal de Telecomunicaciones, Anatel, AMIAC, la ANADE y DPL Group, con el lema “De la inclusión digital a la innovación y la competitividad”.
Es un espacio para la conversación pública y privada, una oportunidad para el encuentro y la reflexión desapasionada. Como nunca, la industria y el Estado deben estar unidos para conectar y transformar digitalmente a México.
Los comentarios están cerrados.