La sequía que afronta el norteño estado mexicano de Nuevo León mermó los ingresos de los comerciantes de la presa La Boca en la zona metropolitana de Monterrey, la segunda más poblada del país, donde aún esperan más lluvias porque el bajo nivel del embalse alejó a los visitantes.

Durante un recorrido realizado por Efe, se constató que la zona del malecón luce un panorama desolador, en el que los restaurantes y los tradicionales paseos en poni sufren la ausencia de clientes en medio de la sequía que este año mantiene la ciudad de 5 millones de habitantes sin líquido la mayor parte del día.

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