Sin embargo, esa actualización no será suficiente aún para que el PIB regrese a su nivel prepandemia, explicó el organismo.
México crecerá 1.9 por ciento en 2022 de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que representa una mejora con respecto al pronóstico previo de 1.7 por ciento.
Sin embargo, ese avance no será suficiente para que el PIB de México recupere su nivel prepandemia, meta que se alcanzará hasta 2024, una vez que su desempeño será el más débil entre todos los países de la región, excepto por Haití, según el organismo.
“Hay 16 países en la región que aún no han recuperado los niveles prepandemia del PIB y México es uno de ellos. Las estimaciones de crecimiento que hemos hecho indican que México estaría alcanzando un nivel real similar al de 2018 alrededor de 2024 con la tasa de crecimiento que estamos esperando”, explicó Daniel Titelman, director de la división de Desarrollo Económico de la Cepal.
En un contexto de bajo crecimiento, de lentitud en la creación de empleos, el impacto negativo de la inflación “es creciente y fuerte”, por lo que es importante combatir la inflación, añadió.
“También es importante crear empleos, generar crecimiento para ayudar a palear todo el efecto que estamos viendo y ahí viene el desafío de la combinación y coordinación de políticas macro”, explicó durante la presentación del Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022.
El organismo mejoró sus pronósticos para la región a un crecimiento promedio de 2.7 por ciento, desde el 1.8 por ciento en abril.
“El cambio refleja por un lado un tema estadístico y lo que ha cambiado es el grueso de los países más o menos se mantiene igual en la dinámica de crecimiento, pero hay algunos países en donde la situación es más difícil”, señaló.
Para 2022, la Cepal espera que la región vuelva a la senda de bajo crecimiento observado antes de la pandemia y la inversión juega un papel central para acelerar el crecimiento, señaló Mario Cimoli, secretario general interino.
El directivo advirtió que las alzas en tasas de política monetaria; creciente inflación, e interrupción de las cadenas de suministro son choques que continuarán afectando a las economías de la región