El consejero de Seguridad de la Casa Blanca se reúne en Roma con el jefe de la diplomacia de Pekín para advertirle contra cualquier apoyo a Putin en la guerra con Ucrania
Estados Unidos avisó a sus aliados de que Pekín está abierto a prestar ayuda militar a Moscú, después de que el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, se reuniera este lunes en Roma con el más alto representante de la diplomacia china, el consejero de Estado Yang Jiechi. Los cables diplomáticos con ese mensaje, que el Departamento de Estado envió desde Washington a gobiernos de Europa y Asia, citados por las agencias Bloomberg y Reuters y confirmados por fuentes diplomáticas, no especifican si esa ayuda habría comenzado o cuándo está previsto que empiece. Tanto Pekín como Moscú negaron tajantemente esas informaciones.
La reunión —celebrada en el hotel Astoria, uno de los más prestigiosos de Roma— terminó pasadas las siete de la tarde hora local, según informó la televisión pública italiana Rai. Un escueto comunicado de la Casa Blanca se limitó a informar después de la cita y a destacar “la importancia de mantener abiertas líneas de comunicación entre EE UU y China”. Un funcionario del Pentágono ha explicado a continuación, en una llamada con periodistas y con la condición del anonimato, que Sullivan ha advertido a Yang que Pekín se enfrentará al aislamiento y a las sanciones si decide ayudar a Rusia. “Es [una amenaza] real, es consecuente, y es realmente alarmante”, ha añadido el funcionario. La emisora estatal china CCTV informó, por su parte, de la cita en Roma sin dar más detalles, hasta el punto de no especificar siquiera si la reunión había concluido.
El encuentro se ha celebrado entre los temores en la OTAN a que los ataques rusos, cada vez más peligrosamente cerca de la frontera con Polonia, puedan provocar un incidente en territorio aliado. Y después de que, según funcionarios estadounidenses, Moscú haya pedido a China el envío de equipos militares —una información que Pekín negó durante el fin de semana, tachándola de “desinformación”—. En su conferencia de prensa diaria, Ned Price, portavoz del Departamento de Estado ha dicho: “Hemos sido muy claros, tanto de manera privada como pública con Pekín, de que habrá consecuencias si ofrece ese apoyo”, afirmó Price.
Mientras Sullivan y Jiechi hablaban en Roma, sendas delegaciones rusa y ucrania han retomado este lunes sus negociaciones, por ahora sin frutos. Ambas partes se han emplazado a continuar las conversaciones el martes.
Este lunes también han trascendido los planes, aún por concretar, del presidente de EE UU, Joe Biden, de viajar a Europa la semana que viene, para verse en Bruselas con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y con otros mandatarios europeos, según informa la agencia AP.
La petición rusa y la respuesta aparentemente favorable de China han hecho sonar la alarmas en la Casa Blanca, tres días después de que el Biden advirtiera en un acto de su partido en Filadelfia que un enfrentamiento directo con Moscú derivaría en “una tercera guerra mundial”. La embajada china en EE UU dijo el domingo que no tenía conocimiento de ninguna solicitud rusa o respuesta china positiva a Moscú. Rusia también negó el lunes haber hecho ninguna solicitud a China.
Los gobiernos de Rusia y China afirmaron en sendos comunicados emitidos el domingo que los dos altos funcionarios tenían previsto abordar asuntos “regionales” y que tratarían de mantener abiertas sus líneas de comunicación. El Consejo de Seguridad de la Casa Blanca precisó que ambos abordarán “el impacto de la guerra de Rusia contra Ucrania en la seguridad global y regional”. La versión del Ministerio de Exteriores chino no menciona a Ucrania, y solo se refiere a “cuestiones internacionales y globales de interés para ambos”.
China ha rechazado calificar lo que sucede en Ucrania como una “guerra” o “invasión”. En su lugar, se refiere a los ataques rusos con los términos “situación”, “crisis” o “conflicto”. Sus medios de comunicación, controlados por el Gobierno o rígidamente censurados, siguen la línea oficial a la hora de informar. Diplomáticos y medios de comunicación oficiales se han hecho eco de acusaciones rusas sin pruebas que denuncian la existencia de casi una treintena de laboratorios estadounidenses de armas químicas en Ucrania.
Sullivan ha llegado a Roma con la intención declarada de advertir a Yang sobre cualquier posibilidad de ayudar a Rusia en el conflicto, ya sea lanzándole un salvavidas para evadir o paliar las sanciones que Occidente ha impuesto a Moscú ya sea perjudicando a Ucrania. “Estamos comunicando en privado y directamente a Pekín que habrá consecuencias en respuesta a intentos de evasión a gran escala de las sanciones, o un apoyo a Rusia para paliarlas”, declaró el consejero de la Casa Blanca en una entrevista emitida este domingo en la cadena de televisión CNN. “No permitiremos que eso ocurra y que Rusia cuente con una tabla de salvación frente a esas sanciones por parte de ningún país, en ningún lugar del mundo”.
Equipos militares
Sullivan no hizo referencia explícita al suministro de equipos militares, pero altos funcionarios de Defensa estadounidenses han asegurado que Moscú ha solicitado a Pekín envíos de ese tipo, sin detallar el tipo exacto de material. En Pekín, el Ministerio de Exteriores ha calificado esas acusaciones de “desinformación procedente de Estados Unidos”. En Washington, el portavoz de la Embajada china, Liu Pengyu, negó tener conocimiento de ningún tipo de sugerencia de que Pekín tenga intención de asistir a su socio estratégico. “China está profundamente preocupada y dolorida por la situación en Ucrania”, ha indicado. “Esperamos que la situación se calme y la paz vuelva tan pronto como sea posible”, ha añadido.
China —el segundo inversor del mundo en Defensa tras Estados Unidos y con un gasto militar de unos 200.000 millones de euros, que este año crecerá un 7,1%— ha comprado tradicionalmente armamento a Rusia, el tercer país del mundo por presupuesto militar. Pero Pekín, que moderniza su Ejército a marchas forzadas, cuenta con equipos que podrían ser útiles a Moscú en esta guerra, desde drones a munición.
Desde el comienzo de la guerra, China ha optado por una posición de neutralidad sesgada en favor de Rusia. Moscú es el socio estratégico con el que calcula que podrá hacer frente a Estados Unidos y a los intentos que percibe por parte de Washington de limitar la influencia china en el escenario global. Este apoyo quedó claro en la reunión celebrada en Pekín el 4 de febrero entre los presidentes de China, Xi Jinping, y Rusia, Vladímir Putin. En esa cita, ambos proclamaron una relación “sin límites”. El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, lo reiteraba en una rueda de prensa hace una semana: la cooperación entre las dos capitales es “sólida como una roca” y seguirá haciéndose cada vez más profunda “por oscuras que sean las circunstancias”, afirmó.
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