A un año de la elección presidencial en México, la persona que comienza a recibir una atención importante es una científica ambiental que podría ser la primera mujer jefa de Estado de la segunda economía de Latinoamérica.
Una encuesta revela que la jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aventaja por casi 20 puntos a su rival más próximo en el partido gobernante.
Científica reconocida internacionalmente, Sheinbaum, de 60 años, comparte los ideales izquierdistas del presidente Andrés Manuel López Obrador. En una entrevista con The Associated Press, Sheinbaum atribuyó la exacerbación de las desigualdades a las políticas económicas neoliberales de presidentes anteriores, como lo hace el mandatario.
Pero las diferencias radicarían en sus enfoques.
López Obrador ha tratado de crear empleos sin tener en cuenta sus consecuencias ambientales, volcando recursos para sustentar la petrolera estatal antes de apoyar algunos proyectos de empresas estadounidenses de energías renovables. Sheinbaum, en cambio, ostenta un doctorado en ingeniería, fue miembro del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático que ganó colectivamente un Premio Nobel de la Paz en 2007 y promete sustentabilidad en México.
En todos los campos, desde la ciencia ambientalista hasta la medicina, “creo en la ciencia”, dijo, hablando en inglés. “Creo en la tecnología para tener una vida mejor”.
El año pasado, López Obrador inauguró una enorme refinería en su estado natal de Tabasco. En la ocasión dijo que su gobierno había decidido ignorar el “canto de las sirenas… (sobre) el fin de la era del petróleo”.
A pesar de la inauguración, la refinería aún no ha comenzado a operar.
Al mismo tiempo, López Obrador ha sancionado leyes que relegan las instalaciones privadas de gas y energías renovables al último puesto en la fila de adquisición de energía, después de las plantas estatales que suelen usar fueloil sucio. Más recientemente, elogió una nueva planta estatal de energía solar en el norte de México y festejó la decisión de Tesla de construir una fábrica de autos cerca de Monterrey, medidas que se consideran favorables a sus intereses de alentar la creación de empleos y responder a las quejas de Estados Unidos sobre la falta de libre comercio.
Sheinbaum ha dicho que cree en la energía renovable como factor fundamental.
“Creo que debemos empezar a crecer más en energía renovable y avanzar en la electrificación de autos”, dijo. “Desde ahora hacia el futuro, la mayor parte de la energía debe estar relacionada con la energía renovable”.
Desde el principio de la pandemia de coronavirus, Sheinbaum adoptó el uso de la mascarilla protectora, cerró bares y clubes nocturnos antes de reducir sus horarios de funcionamiento e impulsó los tests de COVID-19. Por su parte, López Obrador restó importancia a la amenaza y dijo que se protegía con amuletos, pero Sheinbaum se abstuvo de criticarlo en forma directa.
Ahora, Sheinbaum está embarcada en una pugna de tres rivales por la candidatura de su partido. Si lo consigue, se prevé que vencerá fácilmente a los partidos tradicionales, que tienen problemas para presentar una alternativa creíble. Morena y sus aliados gobiernan 22 de los 32 estados, y el aparato estatal ya está dedicado a la campaña electoral que aún no ha comenzado oficialmente.
Los otros contendientes por la candidatura del partido oficialista son el secretario del Exterior, Marcelo Ebrard, y el de Gobernación (interior), Adán Augusto López. Ebrard aparecía como el sucesor más probable al inicio del sexenio de López Obrador en 2018, pero un sondeo de la encuestadora Enkoll del 4 al 7 de febrero dio a Sheinbaum una ventaja de 18 puntos entre 1.223 personas a las que se preguntó a quién preferían como candidato de Morena. El margen de error fue de +/-2,83 puntos.
Sheinbaum ha recibido calificaciones relativamente altas por su administración de una de las ciudades más grandes del mundo. La capital de México tiene más de 9 millones de habitantes, y la zona metropolitana conurbada eleva el total a casi 25 millones. Desde 1997, cuando los habitantes empezaron a elegir a sus jefes de gobierno, éstos han sido de izquierda, y la ciudad tiene las políticas más progresistas del país.
Sheinbaum recibió críticas por su administración de la extensa red del Metro. En mayo de 2021, un tramo elevado se derrumbó, con un saldo de 26 muertos y un centenar de heridos.
En enero, apostó a más de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional en la red tras la colisión de dos trenes que dejó un muerto y decenas de heridos. Trabajadores del Metro dijeron que se necesitaban refacciones y mantenimiento, no soldados, pero Sheinbaum insinuó que podía tratarse de un caso de sabotaje.
Sheinbaum tenía la costumbre de asistir a actos públicos en los estados, y no estaba en la ciudad cuando sucedió el accidente. Desde entonces, redujo sus viajes. Preguntada sobre los problemas del Metro, la jefa de gobierno destacó las grandes inversiones de capital realizadas durante su mandato y dijo que invertiría más fondos tras recibir las recomendaciones de una comisión de expertos.
“No tiene ninguno de los tres (candidatos) el carisma que tiene el presidente”, dijo Ivonne Acuña Murillo, especialista en ciencias políticas de la Universidad Iberoamericana. “López Obrador ha construido una cercanía con la gente por décadas, que no hay tiempo de que lo repliquen”.
López Obrador ha pasado décadas en campaña, y nunca luce más feliz que cuando se mezcla en una multitud.
Sheinbaum “tiene formas de gobernar muy distintas a las de AMLO, mucho más basadas en evidencias”, dijo Marcela Bravo Araujo, especialista en ciencias políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, mencionando a López Obrador por sus iniciales como es costumbre en México.
Con todo, Sheinbaum se hizo eco de López Obrador en cuanto a ciertas reformas controvertidas que reducirán los recursos del Instituto Nacional Electoral, que ha recibido elogios por su manejo de elecciones relativamente limpias desde el fin de siete décadas de régimen unipartidista.
Sheinbaum cree que México puede mantener o incluso mejorar su democracia sin “todos esos recursos para pagar a mucha, mucha, mucha gente que el sistema electoral probablemente no necesita”.
Enmarca las relaciones con Estados Unidos, que bajo López Obrador han pasado por momentos tensos en materia de inmigración, narcotráfico y seguridad, en términos exclusivamente comerciales. Cree que el acuerdo de libre comercio de México, Estados Unidos y Canadá brinda grandes oportunidades al país, pero que el reto consiste en garantizar que la inversión extranjera “pueda traer riqueza al pueblo mexicano”.
Sheinbaum nació en la capital mexicana y es nieta de inmigrantes judíos de Lituania y Bulgaria, aunque la criaron sin practicar religión alguna en México, país de abrumadora mayoría católica.
Acerca de su programa político, dijo que quiere seguir atacando la pobreza.
“Para mí, ser de izquierda tiene que ver con eso, con garantizar los mínimos derechos a todos los habitantes”, dijo a la AP, ahora en español. “Y por eso, decía, el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho a la vivienda, el derecho a un empleo digno, el derecho a un salario digno.”
La campaña no ha comenzado oficialmente, pero el aspecto del género no ha surgido, lo que para Sheinbaum es una señal de progreso. Nueve de los 32 gobernadores de estados son mujeres. Y aunque la violencia de género sigue siendo un problema nacional grave, junto con el sexismo cotidiano, Sheinbaum dice que el hecho de ser mujer no ha afectado negativamente sus aspiraciones.
“Hace 10 años, probablemente era un obstáculo, ahora es algo positivo”, opinó.
Los comentarios están cerrados.