El recuerdo de la tragedia de Chernóbil aún invade la memoria de muchos ucranianos. Una ceremonia en la central atómica ucraniana rindió homenaje a las víctimas de la mayor catástrofe nuclear civil de toda la historia.

Hace 37 años, la explosión de uno de sus reactores, durante unas pruebas de seguridad fallidas, liberó enormes cantidades de radiación al instante en la atmósfera.

En otra ceremonia, en Kiev, el presidente Zelenski, depositó una corona de flores en un cartel conmemorativo con la leyenda “soldados de Chérnobil”, en honor de los llamados ‘liquidadores’ de la antigua Unión Soviética, que evitaron que la catástrofe fuera aún más grave.

El presidente dijo que el accidente dejó una enorme herida, y recordó que la central estuvo ocupada durante semanas por los rusos al principio de la invasión, lo que puso de nuevo en peligro al mundo, según declaró, y reiteró sus advertencias sobre la amenaza nuclear.

Más de 150 miembros de la Guardia Nacional ucraniana capturados durante la ocupación rusa de la zona de exclusión de Chernóbil siguen bajo custodia rusa, según declaró el ministro de Medio Ambiente de Ucrania.

El proveedor ucraniano de energía atómica Energoatom acusó a principios de mes a Moscú de convertir la central en “una base militar, minando el perímetro”.

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